El once de José Mourinho salía al terreno de juego con ganas de comerse al juego del rival lo antes posible y, para ello, el visitante presionó en ataque durante los primeros minutos para evitar que los locales se hiciesen desde el primer minuto con el partido.
Ya, en el minuto 3 de la primera mitad, el Real Madrid estrenaba el marcador con un tanto de Morata, resultado de una combinación entre Kaká y Özil. El segundo llegó en el 12. Özil regala un pase a Sergio Ramos, que remata de cabeza y provoca que el balón acabe en redes del rival. Tres minutos después, Ramos fue expulsado injustamente tras ver dos amarillas en un minuto. Primero, tras una falta en el centro del campo que no mereció castigo y en la siguiente, por una mano involuntaria. Tras ello, el juego de ambos equipos no regaló ninguna sorpresa y el partido transcurrió con un 2-0 permanente en el marcador.
Sin duda alguna, el jugador del partido lleva el nombre de Kaká, que demostró ser el jugador de los 65 millones por el que apostó José Mourinho y su afición. Khedira la tuvo en el minuto 66 pero su disparo es rechazado por la defensa visitante a córner.
El Real Madrid sumó los tres puntos desde el minuto dos de partido, con tranquilidad y sin alarmas, confiando en la calidad del nuevo guardameta blanco, Diego López.
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